Si bien, para la conducción de Entrelíneas, Canal 22 proporciona cámaras de siglas impactantes (HDVTVBCT), el equipo a la sombra optó por enviar a una mamarazza quien se coló a una biblioteca de difícil ubicación - dos policías le porfiaban en la calle, que Mesones 28 no existía -. Ella llevó la cámara más pequeña, digital, discreta y chafa para captar ESO que nunca sale al aire, y aún así, no pasó inadvertida ante los ojos del realizador...
10 noviembre, 2007
Visita clandestina: con la cámara más elemental capturamos esta escena
Si bien, para la conducción de Entrelíneas, Canal 22 proporciona cámaras de siglas impactantes (HDVTVBCT), el equipo a la sombra optó por enviar a una mamarazza quien se coló a una biblioteca de difícil ubicación - dos policías le porfiaban en la calle, que Mesones 28 no existía -. Ella llevó la cámara más pequeña, digital, discreta y chafa para captar ESO que nunca sale al aire, y aún así, no pasó inadvertida ante los ojos del realizador...
In memoriam: Santos escritores, Batman
Cuenta la leyenda que hay presidentes y ex presidentes que ya quisieran contar con un departamento de imagen como el de algunos escritores, vivos y difuntos.
Que vivan los fantasmas de aquéll@s que precisamente por sus luces, sombras y torceduras mentales, supieron llenar sus textos de humanidad.
25 octubre, 2007
El título del programa (tercera parte)
El rumor del hallazgo no demoró ni media hora en llegar a oídos de todos los patos de la sopa. La reacción unánime se resume en un desconcertado y molesto: ¡¿Qué?! El más sonoro de los qués fue el de la más solícita de las chicas del servicio social que, no sólo había perdido una uña en el intercambio de despegar - pegar etiquetas, si no que estaba a punto de adherir un hermoso letrero de La casa verde en uno de los anaqueles destinados al material para esa serie.
Transcurrieron días antes de que el entusiasmo retornara a los miembros de la oficina. Por si acaso los reporteros optaron por el genérico "quiero hacerle una entrevista para el programa nuevo de literatura que se emitirá próximamente por el canal 22", medida preventiva para evitarse el solicitar entrevistas para Feliz no cumpleaños, realizarlas - excusas y explicaciones de por medio - para La casa verde y mandarlas etiquetar como Ex libris. Los jóvenes de servicio se esperaron una cautelosa semana - en la cual se regeneraron las uñas perdidas en el proceso - a ver si no llegaba un nuevo cambio del canal, antes de animarse a reiniciar la rutina de imprimir, recortar, despegar y pegar etiquetas con un nuevo nombre.
En vista de que el título pintaba para ser el definitivo, los creativos comenzaron a sugerir nuevas cortinillas y entradas para la serie: "¿Qué tal si hacemos una parodia de sexo en la ciudad, donde en lugar de Jessika Parker, ponemos a Julio y Joserra con sus tenis pisando charcos, mientras un microbús pasa mostrando un espectacular con una foto en la que ambos conductores estén en pose sexy leyendo en un baño de vapor envueltos en una toalla?" Y comenzaron las especulaciones: "¿Estás loca, crees que Julio acceda a quitarse su suéter?" "Ay ese Patán, ¿también será un patán en la cama?" "¿Joserra sexy en toalla?,¿no lo correrán de la Ibero?" Con cada comentario Ex libris, fue velozmente transformándose en el imaginario patero en un Sex libris en la ciudad.
Adriana finalmente se resignó a un antimanicure y cumplió unas cuantas horas al servicio de las etiquetas. El equipo de producción escribió cartas para anunciarle el nuevo nombre a las editoriales y todo para que de ahí sucediera lo que ya todos pueden suponer: Un miembro de la dirección del canal fue a a comer con quién sabe qué culto e ilustre personaje, quien no sólo le criticó el título de Ex libris, si no que le propuso Odisea como nombre para un programa tan importante, interesante, esperado...las expectativas iban en aumento.
Vaya odisea la del título. Hace poco nos encontramos una cinta cuasi fosilizada a la que nadie había retirado la odiséica etiqueta. Cuenta la leyenda que la asistente y mano derecha del director de la televisora, finalmente le sugirió a su jefe que, por favor, se encerrara en su oficina y no saliera de la misma hasta que hubiera ideado el título definitivo. Así fue como nació Entrelíneas...cuyo nombre secundario y extraoficial aún puede leerse en el pizarrón de la oficina, en el que, además de las entrevistas a realizarse se adivina un borroso Entrelíneas...de coca.
Sobre el título del programa (segunda parte)
Mientras se desencadenaba tamaña cascada de acontecimientos, nadie sospechaba aún que en las oficinas del canal la neodemocracia tecleaba en los documentos oficiales un título que no correspondía a la novela del escritor peruano, si no a la viva imaginación de una de las jefas de programación del canal: Ex libris. (continuará)
24 octubre, 2007
Sobre el título del programa (primera parte)
El primer nombre, que hasta la fecha aparece como fantasma en la pantalla de una de las computadoras de la productora (es necio ese odernador), es: ¡Feliz no cumpleaños!, mismo que se hace acompañar del subtítulo: Porque siempre hay un motivo para celebrar a la lectura.
Este título, que en algún momento ganó una inesperada votación en las oficinas del tercer piso del canal, llevó a que ispofacto - teníamos el tiempo encima - la reportera e investigadora atacara a sus invitados a una fiesta infantil (su hija cumplió cinco años y organizó una fiesta de brujas ¡a mediados de julio!) con una cámara de video e hiciera que los niños repitieran detrás de un gigantesco pastel el título del programa:¡Feliz no cumpleaños!
Lo mismo sucedió con un grupo de payasos que iban en procesión a la Villa y que en repetidas ocasiones y con diferentes chistoretes dijeran la frase ¡Feliz no cumpleaños! a la cámara. No sabemos aún si Lewis Carroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, se retorció en su tumba.
La votación también tuvo como resultado que un equipo de solícitos jóvenes de servicio social, diseñaran, imprimieran, recortaran y pegaran en todas las cintas, el título de ¡Feliz no cumpleaños!, y que los reporteros avisaran a todas las editoriales y entrevistados, que había nacido un nuevo programa con un título tan festivo y peculiar que en alguna ocasión un connotado escritor (se nombra el síntoma no la enfermedad) declarara nunca haber leído ese libro y que por lo mismo, al día siguiente, correría a alquilar la película del Mago de Oz (sic).
Pero el nuevo título no sobrevivió ni una semana, cuando ya una nueva votación había propuesto otro nombre: La casa verde.
Los miembros de la casa productora se vieron todos con cara de consternación: ¿se había realizado una nueva votación? y, si bien reconocían el título de una novela de Marío Vargas Llosa... (continuará)