25 octubre, 2007

El título del programa (tercera parte)

Cuenta la leyenda que una vez que el grupo de producción de Sopa asumió La casa verde como título para la serie de literatura, los reporteros, productores, asistentes y realizadores, iban y volvían de las oficinas de Sopa de Pato a las instalaciones del Canal 22, algunos tarareando una poco afortunada mezcla entre el título anterior y el nuevo: "Casa verde eres tú, casa verde eres tú...". Entre ellos se hallaba la gerente de producción de la Sopa, quien dispuesta a firmar acuerdos, se sorprendió - es en sí sorprendente que alguien aún pueda sorprenderse ante los intempestivos y ocurrentes cambios de la burocracia - decíamos, se quedó estupefacta cuando en los papeles oficiales, en lugar de leer La casa verde, vio Ex libris bajo el rubro asignado al título de la serie. Todos parecían tener el deja vu de que Ex libris había sido el nombre de una sección de reseñas literarias que el mismo canal había emitido años atrás, salvo - queremos suponer - la persona que lo propuso.

El rumor del hallazgo no demoró ni media hora en llegar a oídos de todos los patos de la sopa. La reacción unánime se resume en un desconcertado y molesto: ¡¿Qué?! El más sonoro de los qués fue el de la más solícita de las chicas del servicio social que, no sólo había perdido una uña en el intercambio de despegar - pegar etiquetas, si no que estaba a punto de adherir un hermoso letrero de La casa verde en uno de los anaqueles destinados al material para esa serie.

Transcurrieron días antes de que el entusiasmo retornara a los miembros de la oficina. Por si acaso los reporteros optaron por el genérico "quiero hacerle una entrevista para el programa nuevo de literatura que se emitirá próximamente por el canal 22", medida preventiva para evitarse el solicitar entrevistas para Feliz no cumpleaños, realizarlas - excusas y explicaciones de por medio - para La casa verde y mandarlas etiquetar como Ex libris. Los jóvenes de servicio se esperaron una cautelosa semana - en la cual se regeneraron las uñas perdidas en el proceso - a ver si no llegaba un nuevo cambio del canal, antes de animarse a reiniciar la rutina de imprimir, recortar, despegar y pegar etiquetas con un nuevo nombre.

En vista de que el título pintaba para ser el definitivo, los creativos comenzaron a sugerir nuevas cortinillas y entradas para la serie: "¿Qué tal si hacemos una parodia de sexo en la ciudad, donde en lugar de Jessika Parker, ponemos a Julio y Joserra con sus tenis pisando charcos, mientras un microbús pasa mostrando un espectacular con una foto en la que ambos conductores estén en pose sexy leyendo en un baño de vapor envueltos en una toalla?" Y comenzaron las especulaciones: "¿Estás loca, crees que Julio acceda a quitarse su suéter?" "Ay ese Patán, ¿también será un patán en la cama?" "¿Joserra sexy en toalla?,¿no lo correrán de la Ibero?" Con cada comentario Ex libris, fue velozmente transformándose en el imaginario patero en un Sex libris en la ciudad.

Adriana finalmente se resignó a un antimanicure y cumplió unas cuantas horas al servicio de las etiquetas. El equipo de producción escribió cartas para anunciarle el nuevo nombre a las editoriales y todo para que de ahí sucediera lo que ya todos pueden suponer: Un miembro de la dirección del canal fue a a comer con quién sabe qué culto e ilustre personaje, quien no sólo le criticó el título de Ex libris, si no que le propuso Odisea como nombre para un programa tan importante, interesante, esperado...las expectativas iban en aumento.

Vaya odisea la del título. Hace poco nos encontramos una cinta cuasi fosilizada a la que nadie había retirado la odiséica etiqueta. Cuenta la leyenda que la asistente y mano derecha del director de la televisora, finalmente le sugirió a su jefe que, por favor, se encerrara en su oficina y no saliera de la misma hasta que hubiera ideado el título definitivo. Así fue como nació Entrelíneas...cuyo nombre secundario y extraoficial aún puede leerse en el pizarrón de la oficina, en el que, además de las entrevistas a realizarse se adivina un borroso Entrelíneas...de coca.

Sobre el título del programa (segunda parte)

Nos habíamos quedado en que el equipo de producción del naciente programa de literatura, tras entonar hasta el cansacio "feliz, feliz no cumpleaños, para ti, para mí..." recibió la repentina noticia de que la serie en lugar de ¡Feliz no cumpleaños! mejor llevaría por título: La casa verde. En vista que la novela de Mario Vargas Llosa, la casa verde no se refiere a un coffee shop, tugurio para fumar churros y otras yerbas, si no a un burdel, casa de citas, putero, o como le quieran llamar, el nuevo título de programa, independientemente de deprimir a los amantes de Lewis Carroll, romperle el corazón a la superinvestigadora (su hija no aparecería en las cortinillas del programa disfrazada de bruja); y ayudarle al entusiasta equipo de jóvenes a matar más horas de servicio social, imprimiendo, recortando, despegando viejas y pegando nuevas etiquetas en las cintas, borrar con corrector el título viejo de la bitácora y anotar con plumón el nuevo; independientemente de todo esto, tuvo como resultado que los creativos de la producción idearan un posible subtítulo: La casa verde: el burdel de los libros...

Mientras se desencadenaba tamaña cascada de acontecimientos, nadie sospechaba aún que en las oficinas del canal la neodemocracia tecleaba en los documentos oficiales un título que no correspondía a la novela del escritor peruano, si no a la viva imaginación de una de las jefas de programación del canal: Ex libris. (continuará)

24 octubre, 2007

Sobre el título del programa (primera parte)

Cuenta la leyenda que el programa sobre literatura del Canal 22 que ahora lleva el título de Entrelíneas, mutó de nombre varias veces antes de salir al aire. Todo comenzó en un lindo día de julio, cuando Sopa de Pato producciones recibió la gran noticia: era la víctima premiada con tres series de 13 programas de una hora de duración cada uno. La serie de literatura que es el tema central de este blog, nació desde antes de la premiación, bajo un régimen democrático en el que todos opinaban, votaban, proponían, volvían a votar, seguían opinando y volvían a votar, hasta que el o los dedo(s) de dios-sabe-quien(es) decidía(n): - sanseacabó, ésta es de una vez por todas, la versión final.

El primer nombre, que hasta la fecha aparece como fantasma en la pantalla de una de las computadoras de la productora (es necio ese odernador), es: ¡Feliz no cumpleaños!, mismo que se hace acompañar del subtítulo: Porque siempre hay un motivo para celebrar a la lectura.
Este título, que en algún momento ganó una inesperada votación en las oficinas del tercer piso del canal, llevó a que ispofacto - teníamos el tiempo encima - la reportera e investigadora atacara a sus invitados a una fiesta infantil (su hija cumplió cinco años y organizó una fiesta de brujas ¡a mediados de julio!) con una cámara de video e hiciera que los niños repitieran detrás de un gigantesco pastel el título del programa:¡Feliz no cumpleaños!
Lo mismo sucedió con un grupo de payasos que iban en procesión a la Villa y que en repetidas ocasiones y con diferentes chistoretes dijeran la frase ¡Feliz no cumpleaños! a la cámara. No sabemos aún si Lewis Carroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, se retorció en su tumba.
La votación también tuvo como resultado que un equipo de solícitos jóvenes de servicio social, diseñaran, imprimieran, recortaran y pegaran en todas las cintas, el título de ¡Feliz no cumpleaños!, y que los reporteros avisaran a todas las editoriales y entrevistados, que había nacido un nuevo programa con un título tan festivo y peculiar que en alguna ocasión un connotado escritor (se nombra el síntoma no la enfermedad) declarara nunca haber leído ese libro y que por lo mismo, al día siguiente, correría a alquilar la película del Mago de Oz (sic).
Pero el nuevo título no sobrevivió ni una semana, cuando ya una nueva votación había propuesto otro nombre: La casa verde.
Los miembros de la casa productora se vieron todos con cara de consternación: ¿se había realizado una nueva votación? y, si bien reconocían el título de una novela de Marío Vargas Llosa... (continuará)

23 octubre, 2007

Los vecinos incómodos

Cuenta el legendario equipo de Sopa de Pato (Duck soup, para los angloparlantes, Entensuppe para los germanófilos, y lamentamos haber escondido nuestro diccionario en ruso para presumir de políglotas y sobre todo para entender a los vecinos), cuenta la leyenda que los vecinos - esos que sí se ven y oyen a todas horas por paredes y ventanas - parecen ser familiares de Los Soprano y/o la cossa nostra. Especulan que han venido directamente desde Sicilia, aunque algunos creen reconocer palabras que se escribirían en caracteres cirílicos. Ahora los sopadepateros no saben a quién le temen más, si a "La Planchada", o al combo de mafiosos italianos y rusos que están todo el día jugando cartas, y los fines de semana se pelean a gritos desde sus Alfa Romeos y Ferraris en la calle. (Seguimos buscando el Lada en el estacionamiento, pero lo único que encontramos es el vehículo que el productor rediseñó con ayuda de la puerta eléctrica del garage).

A veces hay comentarios tan vacíos...

... como éste:

El equipo y sus fantasmagóricos acompañantes

Cuenta la leyenda que el equipo que produce Entrelíneas no está solo, y no nos referimos a que en el mismo espacio conviven los productores de programas como Arteria y Esquizofrenia, no, más bien a que la oficina de Sopa de Pato Producciones se ubica en un edificio que años atrás albergaba un hospital en el que ahora penan. Sí, cuentan que "La Planchada" se les aparece vestida de enfermera a quienes se quedan solos, trabajando hasta altas horas de la noche. Los fines de semana, dicen que la puerta del elevador se abre y se cierra sin pasajeros a bordo, vaya, por lo menos éstos no son visibles. Por lo mismo, los colegas de las diferentes series televisivas procuran abandonar acompañados el edificio: algunos lo hacen en compañía de un six de chelas, otros optan por otro tipo sustancias.

El blog de leyendas sobre el programa Entrelíneas del Canal 22

Cuenta la leyenda que un día el equipo de producción del programa sobre literatura Entrelíneas que se emite por el canal 22, optó por abrir un blog, otro blog, no éste. Por nuestro lado, un grupo de espíritus chocarreros que hemos creado este espacio no autorizado, inoficial e impolíticamente correcto - siguiendo la tradición de los parlamentos ingleses -, decidimos llevar una bitácora a la sombra para sacar a la luz todos los horrendos, deleznables y abyectos chismes de lo que sucede tras cámaras antes, durante y después de la producción de este programa cultural. Así que, agárrense.