24 octubre, 2007

Sobre el título del programa (primera parte)

Cuenta la leyenda que el programa sobre literatura del Canal 22 que ahora lleva el título de Entrelíneas, mutó de nombre varias veces antes de salir al aire. Todo comenzó en un lindo día de julio, cuando Sopa de Pato producciones recibió la gran noticia: era la víctima premiada con tres series de 13 programas de una hora de duración cada uno. La serie de literatura que es el tema central de este blog, nació desde antes de la premiación, bajo un régimen democrático en el que todos opinaban, votaban, proponían, volvían a votar, seguían opinando y volvían a votar, hasta que el o los dedo(s) de dios-sabe-quien(es) decidía(n): - sanseacabó, ésta es de una vez por todas, la versión final.

El primer nombre, que hasta la fecha aparece como fantasma en la pantalla de una de las computadoras de la productora (es necio ese odernador), es: ¡Feliz no cumpleaños!, mismo que se hace acompañar del subtítulo: Porque siempre hay un motivo para celebrar a la lectura.
Este título, que en algún momento ganó una inesperada votación en las oficinas del tercer piso del canal, llevó a que ispofacto - teníamos el tiempo encima - la reportera e investigadora atacara a sus invitados a una fiesta infantil (su hija cumplió cinco años y organizó una fiesta de brujas ¡a mediados de julio!) con una cámara de video e hiciera que los niños repitieran detrás de un gigantesco pastel el título del programa:¡Feliz no cumpleaños!
Lo mismo sucedió con un grupo de payasos que iban en procesión a la Villa y que en repetidas ocasiones y con diferentes chistoretes dijeran la frase ¡Feliz no cumpleaños! a la cámara. No sabemos aún si Lewis Carroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, se retorció en su tumba.
La votación también tuvo como resultado que un equipo de solícitos jóvenes de servicio social, diseñaran, imprimieran, recortaran y pegaran en todas las cintas, el título de ¡Feliz no cumpleaños!, y que los reporteros avisaran a todas las editoriales y entrevistados, que había nacido un nuevo programa con un título tan festivo y peculiar que en alguna ocasión un connotado escritor (se nombra el síntoma no la enfermedad) declarara nunca haber leído ese libro y que por lo mismo, al día siguiente, correría a alquilar la película del Mago de Oz (sic).
Pero el nuevo título no sobrevivió ni una semana, cuando ya una nueva votación había propuesto otro nombre: La casa verde.
Los miembros de la casa productora se vieron todos con cara de consternación: ¿se había realizado una nueva votación? y, si bien reconocían el título de una novela de Marío Vargas Llosa... (continuará)

No hay comentarios: